Bonzo Goes to Bitburg : la protesta política de Ramones que sacudió al punk en los 80

En 1985, Ramones sorprendió al mundo con un single que rompía el molde: «Bonzo Goes to Bitburg», una canción cargada de crítica social y política que sacudió tanto a fans como a detractores. No solo era pegajosa, era incómoda. Y eso, para el punk, es una virtud.

¿Por qué fue tan controversial?
La canción fue una respuesta directa al entonces presidente de EE.UU., Ronald Reagan, quien ese mismo año visitó un cementerio militar en Bitburg, Alemania, donde estaban enterrados miembros de las SS nazis.
La movida generó un enorme rechazo en la opinión pública… y Joey Ramone, de ascendencia judía, no se quedó callado.

Con frases como «You’re a politician, don’t become one of Hitler’s children», los Ramones abandonaron (por un rato) su imagen de banda fiestera para alzar la voz con un mensaje claro.

El tema fue lanzado originalmente como single en Reino Unido, ya que su sello en EE.UU. —como era de esperarse— no quería asociarse con una canción tan frontal. Posteriormente se incluyó en el álbum Animal Boy (1986), aunque con el título suavizado a «My Brain Is Hanging Upside Down (Bonzo Goes to Bitburg)», por presión interna de Johnny Ramone, quien apoyaba a Reagan.

¿Y quién es «Bonzo»?
El título hace referencia a Bedtime for Bonzo, una vieja película protagonizada por Reagan junto a un chimpancé. Un guiño ácido y burlón que se convirtió en una forma de protesta con el sello ramonero.

Hoy, «Bonzo Goes to Bitburg» sigue siendo una muestra de que el punk también es político, y de que incluso las bandas que parecían «solo diversión» tenían mucho para decir.

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