El 29 de junio de 1999 el mundo del metal cambió para siempre con el lanzamiento del álbum debut homónimo de Slipknot. Nueve enmascarados de Iowa irrumpieron con una furia descontrolada, mezclando nu metal, industrial y death con una estética perturbadora, convirtiéndose en un fenómeno imposible de ignorar. Producido por Ross Robinson (conocido por su trabajo con Korn y Sepultura), Slipknot es un torbellino de caos perfectamente orquestado. Con temas como “(sic)”, “Wait and Bleed”, “Eyeless” y “Surfacing”, el disco combinaba una batería violenta, percusión tribal, samples oscuros y gritos viscerales. Cada miembro aportaba una capa distinta al sonido, haciendo del caos una identidad.

La intensidad del álbum, sumada a la imagen agresiva y la energía destructiva de sus shows en vivo, posicionaron rápidamente a Slipknot como la banda más peligrosa y disruptiva del nuevo milenio.

El disco fue certificado platino en tiempo récord y marcó el nacimiento de una nueva era para el metal, conectando con una generación que necesitaba gritar. A 25 años de su lanzamiento, Slipknot sigue sonando igual de violento, igual de real… e igual de necesario.